Una asturiana sagrada empezó su andadura por tierras francesas el 1 de septiembre de 2006. Esta experiencia merece dedicarle un blog como dios manda, así que, entre fiestas y clases, intentaré llevar a cabo esta tarea de la mejor manera posible.

miércoles, octubre 11, 2006

O K T O B E R F E S T _____ S T U T T G A R T
Y así fue. Cinco días después partíamos de nuevo rumbo a Alemania (Juan Carlos y yo hemos ido ya cuatro veces en poco más de dos semanas! Si es que está al lado...), no sin previos problemas!
En un principio era el viaje ideal, pues íbamos a ir los cinco que estamos más tiempo juntos aquí en Nancy: Juan Carlos, Armando, las dos escocesas Laura y Madeleine, y yo. La organización del viaje fue un poco atropellada. Decidimos finalmente alquilar el coche un jueves cerca de la una de la madrugada, para ir a recogerlo al día siguiente, sin haberlo consultado previamente con las dos escocesas. Total, que no importó, pues por supuesto se apuntaban al viaje. A las tres fui a recoger el coche que nos habían dado (cómo no, otra vez me tocaba el rol de conductora, aunque no me importa, porque la autobahn es lo mejor que hay!) y Laura me acompañó.
Quince minutos después, cuando estábamos paradas en una paso de peatones esperando a que cruzara una familia, un estúpido crío francés se estampó contra nosotras. Cojonudo! A hacer todo el papeleo. Y si en español ya no tenía ni idea, imaginaros en francés...
Total, que dentro de la putada, tuvimos una suerte increíble, porque en ese momento pasaban un par de polis, les explicamos la situación, y se ofrecieron a ayudarnos y rellenaron todos los papeles por nosotras. Incluso hablaron con Hertz para explicarles que la culpa no había sido mía, sino de los otros. Menos mal...
En fin, en Hertz nos dijeron que el coche podía continuar, con lo cual los preparativos del viaje siguieron su curso. Fuimos al Auchan (Alcampo) a procurarnos el habituallamiento, y tras eso para la residencia de vuelta.
Armando, Juan Carlos y yo nos fuimos a un cocktail en casa de Frida (Suecia) en plan elegante, y luego teníamos el cumpleaños de Luca (Italia), pero a eso ya no fuimos, pues al día siguiente teníamos que madrugar.
Efectivamente, al día siguiente temprano partimos hacia Stuttgart, sin tener nada donde dormir, salvo un hotel que nos había conseguido Julian (Alemania) y que parecían de la mafia rumana o algo por el estilo, vamos. Total, que teníamos fe en Armando, pues el novio de una amiga de su hermana vivía en stuttgart y a lo mejor nos podía acoger a todos o al menos a algunos en su casa, y asi el resto dormía un poco más trankilo en el coche. Tuvimos suerte! Nos acogieron a los cinco, con lo cual el alojamiento gratis! Ya podíamos centrarnos en nuestro objetivo principal: entrar en una de las casetas del Oktoberfest de Stuttgart...


Los cinco: Armando, yo, Laura, Juan Carlos y Madeleine, fuera de las casetas, recién llegados al recinto del Oktoberfest, y ansiosos por vernos sentados en una de las mesas, con una cerveza en cada mano, cantando y bailando durante horas...

En Munich no lo conseguimos, pero aquí sí! Las escocesas y yo dentro de una de las casetas, con la primera cerveza del día (hora: una y media de la tarde). Empieza la cuenta a trás... Vendrían unas cuantas cervezas más!

En esta primera caseta estábamos las chicas solas, porque Armando y Juan Carlos habían encontrado una mesa mejor, pero en otro sitio, y para salir de la caseta primero teníamos que terminarnos las cervezas. Y mientras estábamos dedicadas a nuestra misión, vimos a estos dos peculiares escoceses, con los cuales por supuesto las escocesas quisieron sacarse fotos.

Aquí ya estamos los cinco en la caseta en la que nos quedamos definitivamente. No nos movimos de esa mesa hasta las once menos cuarto de la noche! Pero el tiempo pasó tan deprisa...