Una asturiana sagrada empezó su andadura por tierras francesas el 1 de septiembre de 2006. Esta experiencia merece dedicarle un blog como dios manda, así que, entre fiestas y clases, intentaré llevar a cabo esta tarea de la mejor manera posible.

domingo, octubre 29, 2006

A.M.S.T.E.R.D.A.M...P.A.R.T..1

El 28 de octubre de 2006, diez Erasmus partimos de Nancy rumbo a los Países Bajos, a disfrutar de un fin de semana de nuevas experiencias. Ya de vuelta, el único calificativo que se me viene a la cabeza para describir el viaje es "extraño". Sí, ni una mierda, ni el mejor viaje de mi vida. Simplemente, un viaje diferente, con un montón de experiencias de diversa naturaleza vividas en apenas 4 días. ¿Que si lo repetiría? ¡Por supuesto! Amsterdam y La Haya, las dos ciudades que visitamos, son realmente bonitas...





Éstas son las fotos que resumen nuestro primer día en Amsterdam. En la primera estoy yo con uno de los canales al fondo. De este día hay pocas fotos porque se me había olvidado la cámara dentro de la maleta; despiste imperdonable, sobretodo para mí, que siempre ando cámara en mano haciendo fotos absolutamente de todo. Tras dar una vuelta para ubicarnos en la ciudad y tener una primera visión general, fuimos a una coffee shop, cómo no. Ahí probamos todo. En la segunda foto estamos Juan y yo comiéndonos unos pasteles "mágicos", que la verdad es que estaban buenísimos! Demasiado, porque resultó que la gente se emocionó probando cosas, y varios de los del grupo (foto siguiente es el grupo al completo: Mayi, Juankar, Cris, Javi, Juan y yo éramos los españoles, y luego además Armando mexicano, Hillary americana, Yong canadiense-coreano-japonés, y Francine brasileña) se pusieron malísimo y ya tuvimos que dedicar los pocos que estábamos bien (sí, yo estaban bien, lo creáis o no, que me gusta hacer el loco, pero dentro de ciertos límites) el resto del día a cuidar de los demás. Yo me encargué por supuesto de Juankar porque aki se está a las buenas y a las maduras, y perdimos a todos, empezó a diluviar, no teníamos dinero en nuestros teléfonos... Total, que Dios sabe cómo los terminamos encontrando. Javi y yo éramos los conductores, así que cogimos los coches para ir al hotel (de 4 estrellas, impresionante, en un pueblo cercano a Amsterdam). Y ya por la noche, los 4 que estábamos bien (última foto) decidimos darnos a la bebida y demás cosas que te encuentras en esta bonita ciudad, jeje... Terminó siendo una noche increíble!










Y esta segunda tanda de fotos es de nuestra visita a la bonita ciudad de La Haya. Es increíble cómo se puede lograr un paisaje tan bonito mezclando edificios antiguos y modernos a la vez. Cuando volvimos de La Haya, la gente decidió salir por Amsterdam por la noche. Yo me quedé en el hotel, pues los efectos de lo que había tomado el día anterior se habíana apoderado en parte de mí...

jueves, octubre 12, 2006

O K T O B E R F E S T ___ S T U T T G A R T

Tras el intenso sábado vivido, el domingo lo dedicamos a ser los típicos turistas que se recorren la ciudad de Stuttgart. Resultó ser una ciudad preciosa, con mucho encanto y muchos lugares que visitar...
Esperemos volver otro año!








miércoles, octubre 11, 2006

O K T O B E R F E S T ___ S T U T T G A R T


Aquí estamos Juan Carlos y yo cerveza en mano. El litro estaba a 7.40 euros. Una pasada de caro! Pero la verdad es que estba buenísima...

Y éstos son Madeleine y Armando, con una de las primeras de las muchas cervezas que fueron cayendo a lo largo del día...

Mi alemán (Jens) y yo. Porque ya que estamos en un festival típicamente alemán, debemos participar de las tradiciones alemanes! Jajaja... Demasiado alcohol en el cuerpo!

Ésta es la vista general de una de las carpas. A cada cual más bonita! Y eso que ésta no era de las mejores. En Munich sí que había unas casetas realmente impresionantes! Y todo muy bien organizado, sobretodo el tema de los baños, que suele ser un caos debido a toda la gente que había allí.

Madeleine y yo en plena juerga. Sí, lo sé, no estamos aquí muy femeninas que se pueda decir... pero es que no sabéis lo difícil que es hacer ese brindis con unas jarras tan grandes y pesadas!

Una de las últimas fotos de la noche, Juan Carlos, Laura y yo. No queríamos marchar, pero las carpas cerraban a las 11pm, y entonces no había más remedio!

O K T O B E R F E S T _____ S T U T T G A R T
Y así fue. Cinco días después partíamos de nuevo rumbo a Alemania (Juan Carlos y yo hemos ido ya cuatro veces en poco más de dos semanas! Si es que está al lado...), no sin previos problemas!
En un principio era el viaje ideal, pues íbamos a ir los cinco que estamos más tiempo juntos aquí en Nancy: Juan Carlos, Armando, las dos escocesas Laura y Madeleine, y yo. La organización del viaje fue un poco atropellada. Decidimos finalmente alquilar el coche un jueves cerca de la una de la madrugada, para ir a recogerlo al día siguiente, sin haberlo consultado previamente con las dos escocesas. Total, que no importó, pues por supuesto se apuntaban al viaje. A las tres fui a recoger el coche que nos habían dado (cómo no, otra vez me tocaba el rol de conductora, aunque no me importa, porque la autobahn es lo mejor que hay!) y Laura me acompañó.
Quince minutos después, cuando estábamos paradas en una paso de peatones esperando a que cruzara una familia, un estúpido crío francés se estampó contra nosotras. Cojonudo! A hacer todo el papeleo. Y si en español ya no tenía ni idea, imaginaros en francés...
Total, que dentro de la putada, tuvimos una suerte increíble, porque en ese momento pasaban un par de polis, les explicamos la situación, y se ofrecieron a ayudarnos y rellenaron todos los papeles por nosotras. Incluso hablaron con Hertz para explicarles que la culpa no había sido mía, sino de los otros. Menos mal...
En fin, en Hertz nos dijeron que el coche podía continuar, con lo cual los preparativos del viaje siguieron su curso. Fuimos al Auchan (Alcampo) a procurarnos el habituallamiento, y tras eso para la residencia de vuelta.
Armando, Juan Carlos y yo nos fuimos a un cocktail en casa de Frida (Suecia) en plan elegante, y luego teníamos el cumpleaños de Luca (Italia), pero a eso ya no fuimos, pues al día siguiente teníamos que madrugar.
Efectivamente, al día siguiente temprano partimos hacia Stuttgart, sin tener nada donde dormir, salvo un hotel que nos había conseguido Julian (Alemania) y que parecían de la mafia rumana o algo por el estilo, vamos. Total, que teníamos fe en Armando, pues el novio de una amiga de su hermana vivía en stuttgart y a lo mejor nos podía acoger a todos o al menos a algunos en su casa, y asi el resto dormía un poco más trankilo en el coche. Tuvimos suerte! Nos acogieron a los cinco, con lo cual el alojamiento gratis! Ya podíamos centrarnos en nuestro objetivo principal: entrar en una de las casetas del Oktoberfest de Stuttgart...


Los cinco: Armando, yo, Laura, Juan Carlos y Madeleine, fuera de las casetas, recién llegados al recinto del Oktoberfest, y ansiosos por vernos sentados en una de las mesas, con una cerveza en cada mano, cantando y bailando durante horas...

En Munich no lo conseguimos, pero aquí sí! Las escocesas y yo dentro de una de las casetas, con la primera cerveza del día (hora: una y media de la tarde). Empieza la cuenta a trás... Vendrían unas cuantas cervezas más!

En esta primera caseta estábamos las chicas solas, porque Armando y Juan Carlos habían encontrado una mesa mejor, pero en otro sitio, y para salir de la caseta primero teníamos que terminarnos las cervezas. Y mientras estábamos dedicadas a nuestra misión, vimos a estos dos peculiares escoceses, con los cuales por supuesto las escocesas quisieron sacarse fotos.

Aquí ya estamos los cinco en la caseta en la que nos quedamos definitivamente. No nos movimos de esa mesa hasta las once menos cuarto de la noche! Pero el tiempo pasó tan deprisa...

lunes, octubre 02, 2006

O K T O B E R F E S T _______ M U N I C H


Ésta es la última tanda de fotos del Oktoberfest de Munich. Érase una mujer pegada a una jarra de cerveza, y con un sombrero hortera y ridículo en su cabeza... En fin, una y no más! Jeje...

Estos carros tan bonitos y típicamente alemanes, tirados por unos caballos realmente tremendos (es una pena que no se pueda apreciar en la foto), son los encargados de abastecer de cerveza a las casetas del Oktoberfest. Mucho trabajo tienen...

Castro y yo dentro de una de las casetas. El día anterior lo habíamos intentado pero fue imposible debido a la tremenda cantidad de gente que había. Y es lógico. Merece la pena esperar para entrar en estos sitios, pues el ambiente es increíble, con la música, los bailes y las típicas camareras alemanas con unos brazos que no os podéis imaginar, cargando en cada mano con a lo mejor 6 litros de cerveza (más lo que pesa cada jarra, que no es poca cosa!).

Los dos madrileños. Gracias a Castro por acogerme en su casa ese finde. Me salvó la vida! Porque si tengo que quedarme a dormir en el coche... y gracias por el buen rato que me hizo pasar, recordando tiempos pasados y mostrándome la ciudad que le acogerá durante todo este curso. Quién sabe? Estoy segura de que antes de Navidades nos volveremos a ver, ya sea en Nancy o en Munich de nuevo (mejor en Nancy, ok? Jeje). Un besazo, Castro!

Y aquí decimos adiós al Oktoberfest... de Munich. Porque en cinco días volvemos a otro Oktoberfest, esta vez el de Stuttgart. Próxima entrega... espero que sea en breve!

O K T O B E R F E S T ______ M U N I C H


Juan Carlos con su rollete más animal. Toda la ciudad de Munich estaba llena de leones por la calle. La verdad es que no sé por qué. Tendremos que preguntarle a Castro...

Castro, Juan Carlos y yo, en la Marienplatz (Plaza Mayor), con el edificio del ayuntamiento a nuestras espaldas. Todo el centro de Munich es increíblemente bonito...

Julia, Juan Carlos, Castro, Megan, Armando y yo, de nuevo en la Marienplatz, con el ayuntamiento al fondo, pero visto desde otro ángulo.

Armando, Juan Carlos y yo, disfrutando de lleno de los lujos del Oktoberfest, con jarras de un litro de cerveza en nuestras manos.

Y aquí yo con los tres chicos, disfrutando de la noche alemana. Castro iba a encontrarse con nosotros, pero entre tanto caos, nos fue imposible. Lo siento, Castro! No sabes cómo me hubiera gustado beber unas cuantas cervezucas contigo... Bueno, alguna otra visituca nos haremos, no? Jeje...

domingo, octubre 01, 2006

O K T O B E R F E S T ______ M U N I C H

El 30 de octubre tocaba una de las citas obligadas de toda experiencia erasmus que se precie: el Oktoberfest! Y decidimos ir al de Munich, que es el más famoso. Alquilamos dos coches, Jackie (México) de conductora en uno, y yo de conductora en el otro.
Mi máxima ilusión en el viaje, por supuesto a parte de la de conocer la más que bonita ciudad de Munich, era ver a Castro. Cuánto tiempo y cuántos recuerdos! Cuando le vi y nos abrazamos, me dio una alegría... Nos llevó de paseo por la ciudad, primero a un parque a comer y a beber cerveza (sí, vale unos más que otros), y después por el centro de la ciudad.

Aquí está el grupo: los tres chicos Armando, Simone (Italia) y Juan Carlos; y las chicas Julia (Rusia), yo, Jackie, Lily (USA), Tania (Líbano) y Ayako (Japón).

Las chicas con alemanes vestidos con el traje típico bávaro. En el oktoberfest es lo normal, el ver a la gente vistiendo sus trajes tradicionales. La verdad es que para los turistas es tan increíble, tan típicamente alemán...

Los chicos no iban a ser menos! Ellos también tuvieron su foto con las típicas alemanas de turno!

El Oktoberfest consiste básicamente en unas casetas tremendamente grandes, cada una perteneciente a una marca diferente de cerveza. La más típica es la de Paulaner. El vivir el Oktoberfest se basa en lograr meterse en una de las casetas, tener la increíble suerte de conseguir mesa, y pasarse a razón de 10 horas diarias sin moverse de esa mesa, bebiendo jarras de un litro de rica (y carísima) cerveza alemana, bailando encima del banco o de la mesa, y cantando (o haciendo ruidos con acento alemán para dar la imagen de que sabes perfectamente lo que estás cantando).

Aquí estoy con los dos madrileños, uno de Las Lomas y otro de Getafe, en frente de la Univerdad de Munich. Castro había salido toda la noche anterior, con lo cual estaba de cuerpo presente, pero poco más, con lo que a media tarde el pobre tuvo que irse a dormir para poder estar un poco despierto por el resto del día. Aún así, hizo el tremendo esfuerzo (lo cual se agradece) de enseñarnos la ciudad.